Creo que con el nuevo Eau de Parfum Shalimar (que de nuevo sólo tiene el makeover del frasco, porque la esencia permanece intacta desde que la creara Jacques Guerlain a principios de siglo) se ha logrado una simbiosis ideal: una de las fragancias más conocidas del mundo se nutre por vía intravenosa de la frescura y elegancia de una mujer que derrocha creatividad. De casta le viene al galgo.
Con ver la foto basta. Jade Jagger no ha reinventado la rueda, pero está teniendo éxito en su empeño de hacer este mundo más bonito. Del buen aroma, como siempre, se encarga Guerlain.
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